Cuentos negros de Cuba
«En aquella época (de horas largas y poca prisa), el gato, el perro y el ratón eran inseparables. Los mejores compadres de Cuba solían reunirse en el traspatio de una gran casa de la Alameda, en cuyos vidrios de colores, todavía no hace mucho, venían a morir los reflejos del mar». La carta de libertad | Cuentos negros de Cuba.
Los Cuentos negros de Cuba
En los Cuentos negros de Cuba, Lydia Cabrera nos trasladó a las leyendas de antaño, fantásticas y encantadoras, envolventes, divertidas y emocionantes, aquellas que tenían como protagonistas aguas, vientos y caminos, animales, hombres, mujeres y universos repletos de misterio.
Sin embargo, la mayoría de sus historias se basaron en las fábulas de animales, entre los que destacan el tigre, el elefante, la lombriz, la liebre o las gallinas, y sobre todo, la jicotea1, que actuaba como prototipo de la astucia y de la sabiduría venciendo siempre a la fuerza y a la simplicidad.
Lydia Cabrera
El caballo de Jicotea
—Buenos días, Comadre Jicotea –dijo el Caballo.
Jicotea lo miró fijamente por encima de los lentes y, con desprecio, dejando caer una a una las palabras, le contestó:
—Caballo, es mi caballo.
Compadre Caballo se quedó en una pieza: no supo qué responder. Así de pronto no se le ocurrió nada. Pero cuando volvió al arroyo al atardecer, dejando también caer una a una las palabras, le gritó a la comadre:
—¡Jicotea-no-tiene-caballo!
Poco después Jicotea fue a la corte y le dijo al rey:
—El Caballo-es-mi-caballo.
Lo cual dio lugar a muchos comentarios.
Un apunte a la cuentística de Lydia Cabrera
Lydia Cabrera reflejó, a través de sus artículos y de sus narraciones fantásticas, la presencia de los mitos y leyendas afrocubanas. Incluyó algunos cuentos de personajes humanos y otros en los que ofreció personalidades del panteón yoruba2 como Obaogó, Oshún, o Ochosi 3.
En el conjunto de sus historias habló, por ejemplo, sobre las prohibiciones del sol y su relación con las cuerdas de luz, sobre el efecto de volverse blanco, generado después de subir hasta la luna, o sobre cómo se originó el primer hombre y cómo su creador, Oba-Ogó, lo consiguió.
Algunos de sus cuentos, en especial los que no tenían un carácter principalmente religioso, presentan una fusión de diversos episodios folclóricos —probablemente formados en Cuba— que mezclan la cosmología, las supervivencias totémicas y las simples fabulaciones protagonizadas por animales.
Historias de los Cuentos negros de Cuba
El mosquito zumba en la oreja
La tierra le presta al hombre, y este, tarde o temprano, le paga lo que debe
Chéggue
Obbara miente y no miente
Taita Jicotea y Taita Tigre
La loma de Mambiala
El algodón ciega a los pájaros
Tatabisaco
Jicotea lleva su casa a cuestas, el majá se arrastra, la lagartija se pega a la pared
¡Soquando!
Canácaná, el aura tiñosa, es sagrada, e Iroco, la ceiba, es divina
El perro perdió su libertad
El caballo de Jicotea
Osain de un ‘Pie
El cangrejo no tiene cabeza
La prodigiosa gallina de Guinea
La carta de libertad
Suandénde
Los mudos
El sapo guardiero
Se cerraron y volvieron a abrirse los caminos de la isla
Cuando truena se quema guano bendito
El sabio desconfía de su misma sombra
1 Es una pequeña tortuga de agua dulce de naturaleza andrógina o bisexual, que interviene jugando un papel en el que puede actuar bien como protagonista, o bien como antagonista
2 La mayor parte de la colección de cuentos de Lydia Cabrera son de origen yoruba.
3 Ochosi: varón cazador y amoroso de los dioses yorubas.
Lydia Cabrera (La Habana, 1900 – Miami, 1991)
Etnóloga, investigadora y escritora
¿Dónde conseguir el libro?
Cuentos negros de Cuba | Editorial Verbum