El Solitario del Monte Salvaje
El Solitario del Monte Salvaje
El Solitario del Monte Salvaje fue el título con el que se publicó en España El Solitario (Le Solitaire), la obra más emblemática de Charles-Victor Prévost d'Arlincourt (Versalles, 1768-París, 1856), autoproclamado vizconde d’Arlincourt y bautizado, por los críticos y por los lectores, con el sobrenombre de El Príncipe de los Románticos.
El Solitario es un drama de estilo gótico con tintes históricos, romántico, con abundantes expresiones elocuentes, innovadoras y al mismo tiempo exageradas, cuya acción se desarrolla a través de la intriga, el misterio y la aparición de un personaje desdichado que en un determinado momento se revelará como noble.
Acompañan a esta historia monasterios, bosques, sucesos fantásticos y milagrosos, un pasado medieval, actos de barbarie y de terror, la locura frenética de la acción y las innumerables pruebas a las que, sobre todo, el personaje principal deberá ir enfrentándose a través de los acontecimientos que se van sucediendo.
El libro, publicado en 1821 en dos volúmenes fue, probablemente, además del libro más vendido de su época el más vendido de todo su siglo. En tan solo unos meses, en Francia, se publicaron once ediciones y en un período de tres años se tradujo a diez idiomas, se adaptó a numerosas obras de teatro, óperas, canciones, parodias y antiobras (El Nuevo Solitario):
· Traducido al alemán, al inglés, al holandés y al italiano en 1821.
· Traducido al danés, al español, al polaco y al sueco en 1823.
· Traducido al portugués y al ruso en 1824.
El Solitario en España
«Aunque en la octava edición, se tiraron, como de las anteriores, un gran número de ejemplares, la obra se vio agotada con asombrosa rapidez. Cuanto más se difunde El Solitario del señor vizconde de Arlincourt, tanto más solicitado es». Mariano de Cabrerizo (Prólogo a su edición de 1830).
El Solitario llega a su fin
Arlincourt fue comparado con
Lord Byron, con Sir Walter Scott por su carácter histórico y dramático,
compitió en fama con Victor Hugo y posteriormente influenció a Balzac. Su
estilo se asemejó al de la elevada y poética elocuencia de Telémaco, a la imaginación
caballeresca de Ariosto y fue aclamado en infinidad de ocasiones por su
profundo interés hacia el nuevo género romántico.
El Solitario fue elogiado a nivel mundial de forma unánime, catalogado de vibrante y portentoso, elevado a la categoría de mito y ensalzado como un edificio levantado entre el cielo y la tierra. Sin embargo, toda esta fama que lo levantó y lo impulsó, al finalizar el siglo XIX lo dejó sumido en el más profundo de los olvidos.
«¡Virgen
santa!, apartad la vista, Elodia; esa roca es el Monte Salvaje. Es bien espantoso ese monte, y le temen mucho,
pues en él habita el Solitario».
- El Solitario del Monte Salvaje | Tomo 1
- El Solitario del Monte Salvaje | Tomo 2